AMG. Marge del Llobregat, anys 30. Fons i autor: Martí Sabatés |
El cultivo de arroz fue el comburente esencial para la propagación de la enfermedad junto con el combustible que suponía las lamentables condiciones que presentaban las tierras bajas de la comarca. Solo el temor de que la epidemia alcanzase el núcleo capitalino aceleró las medidas contra la enfermedad, a tenor de la preocupación reflejada documentalmente por el Ayuntamiento de Barcelona. Sumemos además los intereses lúdico-privados que favorecieron la intensificación de la enfermedad. Las tierras más altas del plano se estaban reconvirtiendo en lugares de veraneo para las clases pudientes de la capital, siendo un atractivo especial las inmensas playas de la fachada litoral, por consecuente la enfermedad no ayudaría a intensificar esta actividad económica, dando lugar al fantasma de la fuga de inversión en este sector urbanístico que veía un nicho de oportunidad en la construcción de segundas residencias para el verano.
Existieron precedentes que nadie tuvo en cuenta, incluyendo la coincidencia de anteriores brotes con el cultivo del arroz en la misma zona. La carrera por atraer inversión a los diferentes municipios trajo consigo la ocultación de datos esenciales para haber podido luchar más tempranamente contra la enfermedad. La casi nula implicación de los municipios con núcleo urbano en tierras altas por encima de la carretera nacional y que solo compartían termino municipal en las tierras bajas, siendo los verdaderamente implicados, aquellos municipios donde todo su término municipal incluido el núcleo estaba situado en las tierras bajas del plano, como fueron El Prat de Llobregat y Castelldefels. El resto de municipios llegaron incluso a negar públicamente lo sucedido valiéndose de medios en prensa y personajes locales como demuestran los documentos consultados.
Mientras la desidia se aposentaba en las administraciones, la enfermedad golpeó duramente a los agricultores, carabineros y demás habitantes de las zonas afectadas. Las tareas de cuantificación e impronta de la enfermedad fueron inexactas al no contabilizar la población no laboral. Estoy convencido que la enfermedad no hubiese desaparecido, pero si las terribles consecuencias acaecidas a partir de 1918, de haber tenido en cuenta los antecedentes de la zona y las lamentables condiciones de vida de los pobladores de la comarca, casi todos agricultores. Así lo refleja el “Proyecto de Riegos del Llano de Castelldefels” de 1912,3 consultado en el Archivo Municipal de Castelldefels, en la memoria del mismo, apartado “Justificación”, hoja nº 3 dice:
El mencionado “Proyecto de Riegos para el llano de Castelldefels”, de 1912, se encuentra en custodia en el Archivo Municipal de la ciudad de Castelldefels, el mismo carecía de ficha en el momento de su consulta por estar pendiente de catalogar, pero se encuentra disponible para su consulta. Disponible ficha de factura propia.
En el censo de 1900 último publicado figura Castelldefels con las siguientes cifras:
Número de habitantes 289, de ellos saben leer solo, cuatro, y escribir cien y no saben leer ni escribir 185, es decir que aproximadamente los dos tercios de los habitantes de una población que dista unos 15 kilómetros de Barcelona no saben leer ni escribir, esto prueba la inferioridad total y relativa así en punto á riqueza como á mentalidad del pobre y mísero poblado de Castelldefels
Denunciando que el resto de ayuntamientos de la comarca focalizaron el brote sobre el municipio del Prat del Llobregat, alejando la mala propaganda de los suyos, como así demuestra la memoria popular que me trajo a este estudio “Aires del Prat”. Expresión para referirse a las tierras de este municipio, pero lo cierto es que a tenor de las evidencias desprendidas de las documentaciones consultadas, -que se encuentran en los diferentes archivos municipales del resto de municipios a los que he tenido acceso-, la mejor expresión para referirnos coloquialmente a lo sucedido sería “Aires del Baix Llobregat”.
En la actualidad, la ciudad del Prat de Llobregat está amenazada por la posibilidad de sufrir graves inundaciones. Las lluvias torrenciales que acompañan según que épocas esta parte del litoral, la baja cota de los terrenos sobre los que se asienta un tercio de la Delta del Llobregat y las tenues, aunque a veces fuertes pleamares dadas las características del Mediterráneo, son sus principales enemigos.
El nivel freático de la ciudad se encuentra escasamente a un metro por debajo de la altura media de la misma. Gracias a fuertes inversiones en infraestructuras la ciudad se encuentra protegida de las crecidas del río, que en tiempos anegaban los campos del llano cuando este aún no estaba domado. La ciudad se encuentra surcada por canalizaciones y conductos que intercomunican las vías de drenaje de la forma más eficaz que permite su ortografía, pero el calentamiento global puede acarrear que el aumento de temperatura sustituya como comburente al cultivo del arroz ocasionando nuevos brotes de Paludismo, al mejorar las condiciones de propagación del agente trasmisor, el mosquito “Anópheles”.
Francisco Javier Rodríguez Maldonado
Para saber más:
ANDREU DE PALMA, Pare: Prat de Llobregat, Ensayo Histórico. El Prat de Llobregat, Ayuntamiento del Prat de Llobregat. 2009.
PLANAS I TORRES, Ramón: El paludisme al Prat de Llobregat, del 1918 a 1925. GAVA, Ed. Museo Municipal de Gavà, 1983.
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