«Nunca
nos faltó de comer, pero de lo demás… Recuerdo que las fiestas de
San Pedro eran muy grandes y a nosotras nos daban un duro o cuatro
pesetas y se nos acababa al momento: subíamos en las barquitas de
los caballitos, nos comprábamos un paquete de pipas y ya no nos
quedaba nada. Veíamos a toda la gente en la Rambla,
sentada en sus buenas mesas y muy elegantes y nosotros con un
vestidito lavado y unas sandalias de goma, y el que no, descalzo. Yo
me preguntaba por qué no seríamos como aquella gente rica, que
tenía casa y de todo. Pero no es que sintiera envidia, sólo que en
aquellos momentos ansiaba salir de la miseria».
Ana
Maria Mena Torres
Del
llibre : « Trajectes, la veu de les dones immigrants »,
2008.
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